¿Cómo siento a mis invitados?

Ordenar a los invitados en nuestro banquete suele ser un asunto que nos puede producir algún que otro dolor de cabeza: “estas dos personas no se hablan”, “esta persona no conoce a nadie”…

No obstante, para no meter la pata en una boda, es fundamental conocer un cierto protocolo que nos puede guiar en cómo sentar a los invitados para que nadie se moleste.

La forma de ordenar a los invitados

• Independiente. Los invitados se sientan de forma aleatoria. Puede dar lugar a que ciertas personas queden un poco “aisladas” por no conocer a nadie o llegar tarde al evento.
• Con sitio concreto. Cada invitado tiene un lugar establecido mediante una tarjeta colocada en la silla que le corresponda. Los organizadores deben ser muy previsores y confeccionar las mesas de una forma razonable.
• Por mesas. Los invitados tienen una mesa concreta, pero no un sitio. Se indica cuál es la mesa pero es de libre elección la silla a ocupar.

En el banquete

• Los invitados deben estar en el comedor cuando los organizadores hagan su entrada. Deben esperarlos de pie.
• La comida o cena se inaugura cuando la mesa presidencial empieza a comer. Por eso, es conveniente que no os entretengáis demasiado tiempo saludando a vuestros invitados.
• En las bodas es usual colocar sobre la mesa una carta con el menú que se va a servir, incluidos los vinos.
• Tras el banquete o en los postres, se pueden hacer un breve brindis.

En la mesa presidencial:

• En el caso de las bodas, los novios comparten la mesa presidencial con la madrina, el padrino y sus familiares más cercanos, y ésta se coloca siempre en el lugar más destacado de la sala.
• La mesa presidencial puede tener distinta forma a la del resto.
• El orden correcto para sentarse en la mesa presidencial si ésta es (de izquierda a derecha): madre del novio, padrino, novia, novio, madrina y padre del novio.
• En el resto de mesas, lo ideal es que el número de comensales sea par y que se sienten alternativamente hombre y mujer.

Congregar a diferentes personas entorno a una celebración siempre obliga a conocer un mínimo el ceremonial a seguir. Aunque lo que de verdad debe primar es el sentido común para adaptarlo a vuestra situación.