viernes, 8 de febrero de 2013

Una novia, un ramo.

El ramo es uno de elementos principales de la novia en la ceremonia, por lo que supone una gran decisión elegir su diseño, los colores y el tipo de flores. Hay que tener muy en cuenta cómo es el vestido de la novia y cómo es ella misma. Todo ello debe tener coherencia para transmitir las emociones y sensaciones que se pretenden.

Dependiendo de la tonalidad de su piel se deben elegir flores de colores más vivos o de colores más pastel. Si el tono de piel es más oscuro se puede usar un ramo con flores rojas, amarillas, rosas por ejemplo. Si es de piel clara, el blanco o los tonos pastel se adecuan más. El color del cabello también juega un papel importante, por ello seguiremos con lo que comentábamos anteriormente. Para pelirrojas y castañas, flores de color naranja crearán una buena armonía.

Muy importante es el estilo de traje y si este tiene algún detalle de color distinto al blanco. Los vestidos de corte clásico necesitan un ramo de cascada o de ramillete (los explicaremos a continuación). Para vestidos más modernos y atrevidos, ramos desiguales o de largo tallo combinan a la perfección.

Aunque si existe un factor determinante a la hora de elegir, es la personalidad de la novia. Si le gustan las cosas sencillas debe opta por un pequeño y sencillo, tipo ramillete. Si es más atrevida que elija un ramo más inusual.

TIPOS DE RAMOS

-Ramillete: Con forma redonda. Suelen quedar bien a todo tipo de vestidos.


-Tallo Largo: Con flores de tallos largos. Son de forma vertical y están atados por el tallo. Ideales para novias altas con trajes muy modernos.


-Cascada: Con distintas capas de flores que se disponen unas sobre otras. Suelen llevarlo las novias con vestidos muy clásicos.

-Desiguales: Con sus flores colocadas de manera aleatoria creado orden lógico. En la actualidad son los más utilizados. Para vestidos muy modernos, a la par que sencillos.



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